Entrevista a Mirta Vázquez *

En esta entrevista amablemente concedida por la Lic. Mirta Vázquez, pudimos abordar temas de interés para el campo psicoanalítico, como ser sus experiencias de trabajo con Germán García, el psicoanálisis desde los años 70 hasta la actualidad y la incidencia de J-A Miller en Argentina.
También se refirió al psicoanálisis en vinculación con los demás discursos: el psicoanálisis en las instituciones públicas de salud mental, la violencia actual y la educación, y el psicoanálisis en lo social.

María Rosa Cantos: Nos gustaría que nos contara sobre Ud., su trayectoria.
Mirta Vázquez: Bueno, voy hacer una síntesis sino es muy largo. Yo me recibí de psicóloga ya hace 35 años, en el 73. Una época en donde comenzaba en la Universidad Nacional de Buenos Aires un período complicado para la carrera de psicología, estaba totalmente tomada por el discurso político. Entonces había una división entre los que les interesaba el psicoanálisis, a mi me interesaba el psicoanálisis desde mi adolescencia, por lecturas. Yo estaba en la Universidad del Salvador, me fui, retomé toda la carrera de psicología en la Universidad de Buenos Aires, y yo ya tenía formación psicoanalítica de mis lecturas, pero también hacíamos fuera de la Universidad cursos de estudio. Pero se articulaba o se pretendía articular el psicoanálisis con el discurso político, que en su momento fue el marxismo. Y luego en el ´73 ya el discurso político era un enjambre de lenguas, y eso tenía una incidencia en la práctica del psicólogo. Yo hice mi formación a penas me recibí en el Hospital Escuela San Martin, en la cátedra de Psicopatología, que implicaba una experiencia clínica. Y el titular era Kesselman Para entrar en esa cátedra tenía que sustentar en parte las ideas políticas de Kesselman. Así que el discurso psicoanalítico..., yo recién estaba leyendo un momento de la enseñanza de Lacan del año ´63, cuando yo tenía 18 años y recién empezaba en la Universidad del Salvador, previo a esto que les estoy contando, diez años antes, y en Francia sus alumnos ya iban a estudiar psicoanálisis con Lacan. Y Lacan traía, en su enseñanza, en sus seminarios siempre está lo que pasa afuera, pero no hay una imbricación tal que el discurso político aplaste el analítico. Acá en la Argentina fue así. En aquel momento el discurso analítico estaba tomado por el discurso político. La formación en esos años, en el proceso fue un desastre, en esos años se hacía lo que se podía. Yo decidí no hacer clínica por un tiempo, supervisaba con analistas, algunos tuvieron que salir del país, algunos me los encontré por suerte, como Varón Horne (Bernardino Horne, AME), que en aquel momento no era psicoanalista lacaniano, había dejado la APA de donde había hecho una brillante carrera. Había dejado la APA, entonces, y enseñaba nuevas formas de tratamiento pero todavía no era lacaniano, el se “hace”lacaniano a partir de su encuentro con lacanianos estando ya en Bahía (Norte de Brasil), donde algunos años después me reencontré. Hace mucho que somos amigos, en fin. Pero fue una etapa de recesión del psicoanálisis para mí. Bueno, lo retomo en los años ´80, y yo ya tenía cierta inclinación desde el año ´75, después con Germán García que fue el que a mi me formó fundamentalmente, Germán me abrió la cabeza. Luego entré en el Simposio del Campo Freudiano en 1983 cuyos titulares eran “Cacho” Sawicke, Samuel Basz, Jorge Chamorro, Ricardo Nepomiachi y Luis Erneta.
El discurso lacaniano es un discurso que no se introdujo con la dictadura…, pero que la dictadura posibilitó que nos introdujéramos nosotros en ese discurso porque era muy hermético. Y efectivamente, Lacan no hablaba de política a la manera que se entendía en ese momento a la política, que era reivindicar los derechos de los trabajadores y la lucha armada. Y del otro lado la represión. Entonces de cierta manera se pudo trabajar, estudiar. Uno se podía formar.

Francisco Ruiz: ¿La época de la dictadura es la época del seminario sobre los cuatro discursos? 

Mirta Vázquez: No, el seminario XVII es del ´68, con el mayo francés. Que acá tuvimos nuestro mayo también en el cordobazo, pero un año después, en el ´69. En ese momento el discurso lacaniano no existía. Yo tengo una hipótesis del por qué surge el lacanismo con tanta fuerza en Argentina, primero en Buenos Aires. En el 1942 se funda la APA y se difunde el pensamiento de Freud, la gente se analizaba. Yo hice formación con algunos psicoanalistas de la APA, hice grupos de estudios también, pero lo que pasó es que se abren las carreras de psicología, la gente empieza a estudiar psicología en el año ´58, y la clase media empieza a tomar la carrera de psicología como salida laboral para las mujeres, está lleno de mujeres la carrera de psicología. Como en aquel momento era el profesorado de gimnasia, anteriormente el magisterio, eran profesiones típicamente para chicas. Entonces se empezó a llenar la carrera de psicología de mujeres, que en este momento de cambio social empiezan a demandar mas saber. Podíamos supervisar con la gente de la APA, analizarnos con ellos, pero no podíamos estar en la institución haciendo carrera. 

FR: Había que ser médico.

Mirta Vázquez: Había que ser médico, claro. Y cuando llega el discurso de Lacan, a través de Masotta, en los principios de los ´70, empieza a haber una difusión impresionante del psicoanálisis lacaniano. Con mucha resistencia interna la APA que consideraba que no teníamos la formación adecuada para ser médicos psicoanalistas, además se lo nombraba así, médico psicoanalista. Eso les daba autoridad en lo social. En la cátedra, que era médica obviamente, en la Escuela San Martin, en el servicio nosotros éramos “auxiliares” de los médicos.

FR: A pesar de que Freud ya había realizado su escrito sobre si pueden los legos ejercer el análisis, donde él autorizaba a ejercer el análisis a los que no eran médicos.

MV: Es mas, dice que es un obstáculo para la formación. Preferentemente, dice, hay que estudiar religión, estudiar cultura, la deriva para las humanísticas la formación de psicoanalistas.

FR: Me interesa la cuestión de la política y el psicoanálisis, estaban muy mezclados.

MVMuy imbricadas, a tal punto de que los que teníamos orientación psicoanalítica, yo no era política por supuesto, tenia mis ideas pero no tenía militancia..., estaba tan imbricado el discurso político a tal punto que yo tenía una compañera en la Universidad que era muy lúcida pero estaba en una alienación a ese discurso político que me decía “a vos la historia te va a pasar por arriba”. Y en una ocasión cuando cursábamos Psicología Evolutiva II, la carrera era peronista, o por lo menos los ayudantes, los ayudantes eran peronistas y pretendían saber sobre la psicología “del adolescente argentino”.

FR: El psicoanálisis o los psicoanalistas entonces tenían o intentaban estar en los problemas sociales.


MV: Según Germán, con su natural ironía, dice que esa es la vocación de los psicólogos. De ahí que viene la idea de normalidad, el psicólogo en la escuela donde el niño con los 6 años no aprende, falla en la estadística. Entonces ayuda a que ese niño se adapte. Esa es la psicología. La vocación social. La política era otra cosa. Porque eso con una buena formación psicoanalítica eso se revierte, lo social entraría como receptor. Como lo hace Lacan, lo hace entrar dentro de la máquina del psicoanálisis a lo social. Dentro del campo del psicoanálisis aquello que conviene al psicoanálisis. Aquí era..., cuestión de muerte, lo voy a decir así. Era el imperativo superyoico de que “hay que militar”. A mi me dijeron de una persona que estaba en la Universidad, que se nombraba apolítico, el hombre tenia leído bastante a Freud, y exigía a sus alumnos que lo estudiemos bien, decían que era “una rata”, porque no tenía afiliación política. Era un insulto. Él venía de la filosofía, porque había una época en que la APA permitía entrar a los no médicos. Se trataba de León Ostrov
Hoy cuando leía el seminario de La Angustia, me preguntaba a qué altura estábamos nosotros cuando Lacan estaba dictando el seminario de La Angustia, año 1963.

FR: En ese tiempo estaba Pichón Riviere.

MVPero Pichón Riviere era un hombre respetable. Pichón Riviere fue el fundador de la APA, pero de pronto Pichón Riviere en su modo de pensar le pareció que el psicoanálisis no daba aquello que él quería, y se metió a hacer psicología social. Era un hombre inteligente, era un hombre que pensaba, que vos lo podés discutir pero el que te viene a plantear hagamos una cátedra, un peronista y te viene a plantear hacer una monografía sobre la adolescencia argentina, es una denigración, no es otro saber, no es otra forma de pensar al sujeto. Pichón Riviere escribió, revisó, hizo algo...

FR: Algo original a demás...

MV: ...original, claro. El E.C.R.O era un esquema para pensar las situaciones grupales, que tuvo su aplicación en algunos grupos, trabajó más lo grupal. 

FR: ...está en vigencia todavía.


MV: Si, si, está en vigencia aún. Uno lo puede no considerar para tomarlo, pero si lo puede considerar para discutirlo, uno lo puede tomar por ejemplo en una investigación. Pero lo otro no se sostiene con nada, era una denigración. Los años ´70, yo lo denominé para mí como la “década infame”, fue una denigración absoluta, una devastación total que culminó con el desastre del proceso.

FR: ¿Y en los ´80?

MV: En los `80 se produce algo muy interesante para mi, con el lacanismo, ahí yo entré en el Simposio. Los grupos empiezan a florecer, una suerte de atomización. Algo parecido a lo que pasaba en los grupos políticos en la década anterior. Una atomización de los grupos lacanianos. “Cada maestrito con su librito” pero todos lacanianos, como decía un psicoanalista de París, “muchos caciques”. No podían estar juntos. Masotta muere en el ´79 así que él no llega a la década del ´80. Estaba Germán que en el comienzo de esa última década vivía en España. En los ´80 fue interesante, lo que pasa es que en un momento, cuando empieza a venir Miller, Germán decía la “marca Miller”. Cada grupo lo agarraba y él iba de aquí para allá. Eran grupos que lo respetaban y le pedían que hablara. Harari era conocido de él, con cierta relación de amistad con él, Roberto Harari. Después se enojan muchísimo, se separan muy mal. Lo invitaban a dar una conferencia, o el venía e iban todos los grupos, que no se saludaban ni se miraban y se odiaban, pero ahí convocaba Miller. Y en el año 90, yo me siento muy orgullosa porque no se sabe lo que voy a contar. Yo estaba en París, había ido a un Encuentro Internacional en París. Germán ya estaba viviendo en Argentina, desde el 85. Y conmigo había tenido una cierta distancia. Yo no entendía por qué pero después supe que era porque yo estaba con el Simposio y él había fundado  la BIP (Biblioteca Internacional de Psicoanálisis) que no se quería con el simposio. Entonces conmigo “hola”, “hola”. Pero resulta que yo hago una pregunta, en ese encuentro Miller hace una mesa abierta para hablar sobre el pase, una conversación sobre el pase. Yo hice una pregunta que luego no la pude sostener porque estaba lejos pero yo hice una pregunta sobre si era posible pensar una Escuela sin pensar en el pase. Miller preguntó:” ¿de quién es esta pregunta?, bueno, él la respondió, se armó una discusión, la Escuela (EOL: Escuela de Orientación Lacaniana) quedó ligada al pase. Ya Miller tenía la idea de formar la Escuela, pero había que ver cómo se salvaban algunas diferencias en algunos lugares, que no pasaba solo en Buenos Aires. En Francia también estaba cada maestrito con su librito... Entonces Germán hace una intervención muy interesante y dice que él ha invitado a su lugar, a la Biblioteca Internacional de Psicoanálisis a gente que le había dicho que no porque era de él, que era muy difícil hacer eso en Buenos Aires. Entonces Miller dijo algo así como que hay que hacerlo, es un trabajo invitar a reunirse. Así él estuvo dos años invitando a ese trabajo, con la moderación de él. Y yo le hablé a Germán y le dije: “quiero trabajar con vos”. Luego se unió Rubén Filipo, ex de Mauéutica y Germán nos dijo que reunamos cada uno una persona y formemos el primer cartel de lo que se llamó después Intercarteles de Buenos Aires con gente de otros lugares. Y así estuvimos desde el 90 al 92 que se funda la Escuela, fue un año y medio de trabajo intensivo, de limar asperezas entre los grupos, algunos se fueron como Diana Rabinovich, ella no soportó eso y otros seguimos adelante con nuestro deseo de escuela. 

FR: Es difícil dejar de lado los narcisismos y las diferencias para ponerse al servicio de la causa analítica.


MV: No es difícil, es imposible. Eso lo dice Freud. Cuando descubre eso, dice, “yo creía que entre gente analizada no iba haber la rivalidad”..., bueno, ocurre. Sigue ocurriendo. Lo que pasa es que la Escuela, y la AMP también, porque en el mismo momento en que se funda la Escuelala EOL, Miller funda la AMP, ya había cuatro escuelas, él necesitaba cuatro escuelas para tener el número suficiente de escuelas en el mundo..., y ahí diversifica porque ya estaba el Campo Freudiano. Porque hasta ese momento no sabíamos cómo era ese sistema de descompletamiento que inventa Miller. Entonces nos queda el campo freudiano y la AMP, con puntos de intersección pero conjunciones diferentes. Va armando allí distintas instancias. Lo que posibilita este modo de organización es que uno puede entrar con su rasgo y ubicarse donde quiera. Para mi la EOL en este momento es un lugar donde hay demasiados grupos, los departamentos están formados como grupos, y no se disuelve. Lacan inventó el cartel para eso, para que nos disolvamos rápido y no formemos grupo, pero la Escuela no cumple con eso. Pero si uno no quiere estar en ningún otro grupo no está. Está en la Escuela. Es miembro con pleno derecho. En ese punto hay como cierta flexibilidad podríamos decir para estar cada uno con su rasgo. El que quiere hacer carrera se destacará por sobre los otros, y el que no, nadie lo obliga hacer eso, ni lo echan ni lo tratan mal, entonces me parece que es un lugar donde se puede estar y que no tiene la ferocidad que tenían los grupos. Si acá uno tiene que elegir un Uno, es Miller. Pero él tiene una función lejana. La competencia en un grupo es feroz, en la Escuela no.

MRC: ¿Podrías hablar de los objetivos que tiene la Escuela, aparte del aprendizaje psicoanalítico?


MV: Bueno ahí Lacan inventa esas dos formas para la Escuela, que es la intención y la extensión. Estas dos formas se cumplen en la Escuela. Pero la divulgación, que no es la extensión, ahí faltaban algunas patas para que se pudiera hacer la divulgación. En ese sentido, el IOM, que es un invento no solo de Germán, pero fundamentalmente es un invento de él, es una forma de divulgación del psicoanálisis que conviene al discurso psicoanalítico, que conviene a la realidad argentina. Lo que pasa es que Buenos Aires, Córdoba, al ser centros urbanos de mucha atracción, hacía que la gente tuviera que dejar sus lugares, ir a formarse ahí, unos privilegiados que podían ir, otros que no. En cambio el IOM venimos nosotros cuando nos convocan. Me pareció muy interesante, estas son formas de divulgación que da la Escuela. No solamente el IOM, yo conozco mas esto. Porque la Escuela tiene que ser en realidad un lugar vacío. En la última carta, no se si la leyeron, de Miller, la última nota que cuestiona los CPCT, los Centros de Consulta y Tratamiento, que son gratuitos, están en Francia luego se extendió…, yo estuve en contra desde el primer momento. Yo decía que fue necesario en Francia porque Miller estaba embarcado en una lucha difícil donde al psicoanálisis lo quieren borrar del mapa, entonces ahí las instituciones son muy fuertes, tenía que dar una lucha no solamente con lo teórico y con la formación. Fue una política inteligente pero yo pensé que en la Argentina esto estaba hecho desde la psicología. Ahora habrá una reunión que la anunciaron por la EOL postal donde van a discutir en qué fracaso esto. Y decir que esto no es él psicoanálisis, se dejó de lado el corazón del psicoanálisis, que es el pase, por una política social necesaria, pero que habrá que estudiar los resultados para ver si es lo que se esperaba o no. Porque esto no es el psicoanálisis. Esta cuestión social del psicoanálisis, llegar hasta las clases bajas, trabajar gratuitamente...

FR: ¿... pero la experiencia de PAUSA** y la Red Asistencial?

MV: Costó mucho poner la Red en la EOL por esto mismo, porque el psicoanálisis no es psicoanálisis aplicado. Nosotros hacemos psicoanálisis puro. Una discusión que llevó tiempo, debate, esfuerzo, no somos asistencialistas, las escuelas no están hechas para eso. Lacan no formó la Escuela para ningún asistencialismo. Pero en la Argentina hubo mucho trabajo de Escuela para llegar a la Red, que ya tiene 10 años. De repente aparece esta orden de París, hacer los centros. Muchos de los que estamos en la Red dijimos no, esperen un poco. Yo estuve en la APBA (Asociación de Psicólogos de Buenos Aires) discutiendo esto. En la medida que trabajábamos por cinco pesos, se desvalorizó totalmente la oferta. Yo estuve muchos años trabajando como bancaria, como empleada, haciendo otras cosas.Entonces no, paremos la máquina. ¿Qué es la urgencia subjetiva? El que va analizarse está en urgencia. Por lo menos yo en mi consultorio no recibo a nadie que me diga “vengo a ver cómo trabaja usted”. Pero yo creo que Miller lo hizo, yo insisto en esto, porque hubo una presión fuerte de una ley que sacaba directamente del mapa al campo psi. Iban a poder solamente los psiquiatras trabajar. Miller reúne a mucha gente que hasta ese momento inclusive en el campo psi no eran amigos, al contrario, eran enemigos, pero que apoyan a este movimiento en contra de una legislación que iba a dejar a los psicoanalistas totalmente fuera del juego, no iban a poder hacer nada, porque ahí las leyes se respetan. Si no están avaladas por la ley....

FR: ...pero me parece que los tiempos actuales exige del psicoanálisis un trabajo no solo en el consultorio sino también en los lugares públicos, que es donde concurre gente que no puede pagar...

MV: Como te decía al comienzo, el psicoanálisis en Buenos Aires, sobre todo lacaniano, pero ya los de la APA lo hacían, llegan a lugares gratuitos desde siempre. En el Ameghino por ejemplo está lleno de lacanianos. Ahora se insertan los cognitivos en estos lugares. Pero el psicoanálisis se ejerció gratuitamente en Buenos Aires desde siempre. En la Argentina tenemos experiencia de que el psicoanálisis llegue a estos lugares pero mediatizado por hospitales, centros asistenciales, escuelas, hay gente que está trabajando con formación psicoanalítica en escuelas. Tenemos una tradición en esto. Yo estuve 10 años aterrizando en hospitales obviamente gratis. Por supuesto, gratis no quiere decir sin pagar precio, porque yo generaba transferencia y una serie de cosas que yo ganaba. Y esto todos los psicoanalistas lo han hecho.
Lo que me parece que si hay que salir, es a los lugares en donde no se demanda atención. Yo por ejemplo ahora formo parte de un grupo que ya tiene su historia, AIAP, Asociación de Interacción de Arte y Psicoanálisis. Entonces el psicoanálisis tendría un lugar, y sobre todo ahí, en los lugares del arte. 

FR: …o en el ámbito del Derecho.

MV: O en los lugares del Derecho. Yo hice hasta hace poco pericias judiciales. En ese campo hay gente que da clases, ese es un campo para que se inserte el psicoanalista. Hubo jueces que me mandaban a preguntar sobre detalles, yo tuve trabajos sobre accidentes. Yo les hablaba de las series complementarias, le citaba a Freud y lo comprendían, lo entendían y al juez le sirve. 

FR: Nos parece muy interesante esta conversación, aunque también nos gustaría que pudiéramos hablar sobre algunos temas de actualidad que preocupan a otras áreas del saber, no solo al psicoanálisis.

MVLes voy hacer una pregunta ahora yo. ¿El psicoanálisis no es un tema actual? Saben para cuánto mas tenemos psicoanálisis.

FR: Por supuesto. Con respecto a algunos temas de preocupación cotidiana, la cuestión de la violencia. Es un tema que está en boca de todos. Por ejemplo en las escuelas, la hiperkinesis generalizada, ahora parece que todos los chicos son hiperkinéticos. Es un tema que nos preguntábamos qué podría decir el psicoanálisis en relación a la violencia en todos los ámbitos, en el futbol, en la calle, en la familia, en la escuela.

MV: Hoy hablaba con Gabriela sobre el tema de la escuela. El psicoanálisis algo dice de esto, de hecho se ha creado un Departamento de Violencia el año pasado en la EOL para trabajar ese tema. Yo tengo un trabajo hecho porque me invitaron hace unos años del Consudec (Consejo de Educación Católica) sobre violencia en la escuela. Yo tengo un chico de 13 años que está todo el día entero con internet, no le interesa ni salir, no le interesa nada más que internet. Es un elemento impresionantemente efectivo para atrapar al sujeto. Se puede sacar algo bueno o no de ahí. Me parece que el hecho de que los niños vayan de tal hora a tal hora, y sobre todo los jóvenes, a un sistema educativo que se inventó en el siglo XIX es nefasto. Primer punto. No digo que eso genere violencia. La violencia está generalizada porque estamos dentro de un sistema que la genera. No tiene que ver con el psicoanálisis. El psicoanálisis sigue dando respuestas uno por uno. Ese es el punto. A mi me pasa, y a ustedes les debe pasar también, se ve en consultorio privado, en hospitales, el sujeto como dice Lacan, llega al analista como inocente. Viene a que le resuelvas el problema de que no le alcanza para llegar a fin de mes. Y el psicoanálisis puede resolver también ese problema. Porque si no puede ganar mas quizás es porque su neurosis lo conduce a eso, puede ser que abra ahí una vía... Pero el analista no está ahí para resolver ese problema, no es directo. Entonces me parece que lo primero que tiene que hacer el psicoanalista con la violencia, a aquel que viene padeciendo de eso, es ubicarlo a él en lo que le toca de eso, que es como decía Freud sobre la nerviosidad de nuestro tiempo. Freud, no se olviden de que estuvo analizando durante la guerra, había violencia en Europa.

FR: ...el caso por caso, se podría decir.

MV: Y si, el psicoanálisis nunca va tener otra respuesta que esa. Por supuesto el psicoanálisis no está negado a aceptar que hay una violencia generalizada que se va potenciando. Si, es verdad, el sujeto está tomado por el discurso corriente. Lo que tiene que hacer el psicoanalista es escuchar el discurso corriente. Acá hay un síntoma de la cultura. Pero para resolver eso hay que hacer entrar a cada uno en la reflexión de qué hago yo con la realidad que me tocó. Y es notable porque el neurótico se defiende todo el tiempo con eso. El otro día un paciente esperaba un colectivo…, y que no llega, y que Macri… Y vino enojado, “tengo ahora transferencia negativa con vos porque me pareció escuchar que a vos te gusta Macri…” Me decía “yo por no perder la sesión perdí de hacer un tramite…” Enojado con él, primero. “Calculé mal”. En una ciudad como Buenos Aires, que es un caos, se fue hacer un cambio de documento y pensó que era una hora. Fueron 3 horas y no lo terminó de hacer, encima cuando sale había manifestaciones. Entonces qué cálculo vas hacer ahí. Entonces había una culpa que primero la tenía yo. Después le muestro que había algo como omnipotencia pensar que se puede hacer cálculo sobre todo. El inconsciente es el que calcula. ¿Vas a calcular que acá va caer esa pared? ¿Entonces la culpa de todo la tiene la ciudad?

FR: Para ir finalizando, una ultima cuestión. No se si llamarlo consejo, pero nos gustaría que puedas referir algunas palabras sobre los analistas jóvenes, y sobre todo en relación a trabajar en psicoanálisis.

MV: Yo de los jóvenes noto una cosa en cuanto al psicoanálisis, en general se analizan menos. En mi generación, el psicoanálisis, tres veces por semana, era bien visto. La actitud de los jóvenes veo que es mas tranquila al respecto. Si tendría que dar un consejo diría que se analicen, porque hay muchos jóvenes que no se analizan y quieren estar en este campo. Eso es insólito. Que se analicen, tranquilos, como les guste, con quien quieran pero que se analicen. Eso seguro. Porque no es un discurso que puede quedar estático. Les voy a comentar que es la primera vez que vengo a Santiago. Yo creo que cada región, cada lugar tienen algunos significantes que lo caracterizan como discurso. No es lo mismo Buenos Aires que Santiago, ni Santiago que Río Gallegos, que es en donde estuve el año pasado. Eso les diría a los jóvenes, que intenten algo que mi generación lo tuvo, hay que decirlo, en aquel momento. Se decía “caracterizar” y se trataba de dar con el “carácter” del lugar, la idiosincrasia. ¿Cuál es el discurso corriente acá? Porque el psicoanalista tiene que ir en contra de ese discurso corriente.

FR: …captar los significantes…

MV: Los significantes amos que adhieren al sujeto al discurso corriente. A lo mejor no es el mismo que allá. Tiene que haber táctica en función de los significantes. Son significantes que ya están inscriptos en el cuerpo.

FR: Bueno, le agradecemos muchísimo esta conversación. Ha sido muy interesante.

MRC: Si, muy interesante. Muchísimas gracias.

Mirta Vázquez: Gracias a ustedes. Después me gustaría leerlo.

Octubre del 2008

*Mirta Vázquez es Lic. Psicología de la Universidad de Buenos Aires, miembro de la APBA (Asociación de Psicólogos de Buenos Aires) y de AIAP (Asociación de Interacción de Arte y Psicoanálisis). Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y de la EOL (Escuela de la Orientación Lacaniana) desde su fundación en 1992. Miembro de la Red Asistencial de la EOL.

**PAUSA (Psicoanálisis Aplicado a las Urgencias Subjetivas Actuales)